Benita, ya hemos llegado.
Ay, Calixto, no me fío.
Que tú, en esto de las señas,
andas siempre por las breñas
y te haces la picha un lío.
Ni que fuera, yo, un venado.
No entremos en discusión,
más reconoce, mi vida,
que me tienes aburrida
con tu mala orientación.