Hola, buenas.
Si has llegado hasta aquí solo puede haber sido por un descuido, pura casualidad o porque algún somarda te ha dicho que merecía la pena: si es lo último, pronto descubrirás que te han tomado el pelo. En cualquier caso te doy la bienvenida y agradezco la visita.
Este es un blog personal, un pequeño desahogo exhibicionista en el que muestro algunas faenas de producción propia, con las que, a veces, le quito telarañas al aburrimiento: ripios, opiniones, cuentos, todo muy de andar por casa, meros divertimentos sin pretensiones ̣ —uno está ya muy viajado y sabe hasta dónde le alcanza el talento—, pero que hacen su papel y me sacan algún que otro fantasma de la cabeza.
No te pido que seas indulgente, porque cómo ves no tengo empacho en reconocer el escaso mérito de lo que aquí cuelgo, pero cosas menos presentables se exhiben por la red y nadie se saca los ojos para no verlas. Tampoco me van a cortar el rollo tus críticas —si es que decides molestarte en hacerlas—, por muy ácidas y porculeras que sean; al fin y al cabo, a mi madre le gustaban estas chorradicas mías y como dice la copla: «madre no hay más que una y a ti te encontré en la calle»
De manera que avisado o avisada quedas, si te marchas a la carrera lo entenderé, pero si decides echar un vistazo puedes pasar hasta la cocina y servirte lo que encuentres en la nevera; hasta si quieres quédate a dormir, estás en tu casa.
Gracias por dedicarme tu tiempo y si perseveras en el error y vuelves, ya sabes que tienes las puertas abiertas de par en par.
Saludos cordiales.