Ese curso me habían quedado tres: mates, latín y naturales; García Comeras estuvo en un tris de partirle la cara a «Jaimito» y descubrí que mi tío Manolo guardaba revistas de chicas desnudas en una gaveta de la cómoda del salón. Los suspensos no constituían un problema, estaba acostumbrado y siempre daba lo mejor de…