—¡Eh, tú, la nueva! ¿Cómo te llamas? Yo soy Gala y llevo aquí, esperando destino, un montón de tiempo. Mola mucho ese color que te han puesto; aunque digan que el rosa pálido ya no se lleva, chica, lo que es a mí, seré muy clásica, pero me fascina. Vale que el blanco combina con todo, pero si estamos a eso, yo prefiero el negro, que es más elegante, donde va a parar, y muy sufrido para las manchas. Pero oye, que me enrollo. Tengo ese defecto, lo reconozco, no sé callar. Es que he llevado una vida muy solitaria, demasiados años sin hablar con nadie y ahora, claro, es superior a mí, no paro.