Son las cinco de la tarde de un domingo gris. Enciendo las luces del árbol navideño. Es de pega, sintético: cloruro de polivinilo, nailon y alambre. Hace ya mucho que comparte conmigo este universo tramposo. Los dos formamos parte de la misma ilusión cuántica, reverberaciones cósmicas con ínfulas de tangibilidad, simples excrecencias del continuo, absolutamente prescindibles.
Me asomo a la ventana buscándole una puerta de atrás a la modorra. La calle desierta me devuelve la misma mirada de hastío. Vivir en un barrio obrero hace que las tardes de festivo sean más largas, solitarias, recoletas, como si nadie quisiera usarlas para que no se gasten.
De vuelta al sofá, me detengo en la librería, cojo un libro al azar, lo abro por la primera página y leo:
Linda y yo vivíamos justo frente al parque McArthur, y una noche que estábamos bebiendo vimos por la ventana que caía un hombre. Una visión extraña, parecía un chiste, pero no era ningún chiste pues el cuerpo se estrelló en la calle. «dios mío», le dije a Linda, «¡se espachurró como un tomate pasado! ¡No somos más que tripas y mierda y material pegajoso! ¡Ven! ¡ven! ¡míralo!».
Vuelvo a dejarlo en su sitio. Hoy Bukowski no es una buena elección.
Apuro el último trago de güisqui. Sigo buscando la puerta de atrás. Le pregunto a la botella. No me responde. Entiendo el mensaje y la confino al ostracismo del mueble bar. No hay peor negativa que el silencio administrativo.
Dawn Upshaw y la sinfónica de Londres le ponen música de fondo a mi astenia existencial, con el Lento e Largo Tranquilissimo de la sinfonía número 3 de Górecky. Siempre procuro ser muy cuidadoso en los conjuntos.
No hay puerta trasera a la vista. La pantalla del televisor permanece en negro; existen formas de suicidio menos crueles. Aunque, pensándolo bien, quizá sea esa la solución y, sin saberlo, más que una puerta trasera esté buscando una de salida.
Mañana es lunes. Hará un buen día.
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desde León siempre un abrazo maestro!!!
Otro para ti, ilustre.
qué bien que escribas! me gusta leerte! en cuanto se vuelvan a casa los berlineses pillaré tu nuevo libro 👍
Tenemos que tomarnos un café pronto, Elena. Feliz año.