DIEZ MORENITOS – IX
Inocencio Azagra está sentado en una mesa de la cocina. Lo acompaña Merche. Los dos dan buena cuenta de un suculento desayuno mediterráneo. Teresa y Sagrario observan de reojo la escena y cuchichean entre ellas; un comentario de la más joven provoca una carcajada conjunta, que enfada a la cocinera. ―¿¡De qué os reís ustedes, coño, mamarrachas!? Más valía que engancharais con la faena, que se os va la mañana en avemarías ―refunfuña pasándole al sargento una gruesa rebanada de pan, generosamente perfumada en aceite de oliva, mientras cruzan una mirada cómplice, que el policía acompaña con un guiño. ―Se nota que ya refresca ―alza la voz Sagrario por encima del ruido de cacharrería―, yo no sé vosotras, pero esta noche he tenido que dormir con calcetines. Teresa sofoca una risita, regaña a la otra con un visaje divertido, de mentirijillas, y toma el relevo en la chacota. ―¡Uy, no, mira tú! Yo soy muy calurosa; eso Merche, que es más de pies fríos, aunque lo mismo ha dormido con bolsica de agua caliente ―mete la puya hasta la cruceta….